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La IA ya no es algo del futuro: está aquí y está transformando la forma en que los diseñadores piensan, crean y entregan sus piezas. En DAC, no la vemos como una disrupción, sino como una oportunidad para ampliar las fronteras creativas, acelerar el proceso desde la idea a la ejecución y liberar más tiempo para el trabajo que realmente marca la diferencia.
Los diseñadores ya están integrando plataformas y herramientas impulsadas por IA en sus flujos de trabajo diarios para mejorar el proceso creativo en lugar de reemplazarlo. Si se usa con inteligencia, la IA puede convertirse en una plataforma de lanzamiento para mejores ideas, iteraciones más rápidas y resultados más precisos. En palabras más sencillas, estamos empezando a moldear y optimizar una forma de creatividad significativamente amplificada. Aquí te contamos cómo lo estamos poniendo en práctica.
Los flujos de trabajo de diseño tradicionales están llenos de puntos de fricción: plazos ajustados, tareas repetitivas de producción y múltiples rondas de iteración. En nuestros días, la IA está ayudando a aliviar esa fricción. Cuando se integra en los procesos cuidadosamente, deja espacio para el pensamiento estratégico, la exploración y una producción creativa más sólida.
La intención no es reemplazar la creatividad, sino apoyarla. Herramientas como Midjourney y Firefly pueden generar rápidamente direcciones visuales preliminares, dando a los equipos la capacidad de explorar más ideas sin invertir horas en maquetas pulidas que quizás nunca lleguen a lanzarse. La IA integrada en Figma ayuda con el diseño, el texto y la creación de prototipos, facilitando el paso del concepto al wireframe con mayor velocidad y menos esfuerzo manual.
Esta eficiencia también transforma la forma en que colaboran los equipos. Los diseñadores no solo usan la IA para ejecutar, sino para curar, refinar e interpretar sus resultados en el contexto de las necesidades del usuario, el tono de la marca y la estrategia de campaña. El resultado: una alineación más rápida, más tiempo para perfeccionar y un flujo de trabajo que promueve la iteración reflexiva.
En muchos sentidos, la IA permite que los diseñadores se centren más en las partes del trabajo que realmente importan: dar forma a su visión, hacer mejores preguntas y ofrecer creatividades que resuelvan problemas tanto con impacto como con intención. En ese sentido, no reduce su rol, sino que añade una nueva dimensión.
La IA no es una herramienta con una sola función: está transformando silenciosamente múltiples etapas del proceso de diseño. Desde la concepción inicial hasta la producción final, los procesos potenciados por IA están ayudando a los equipos a trabajar de forma más inteligente, rápida y con mayor libertad para experimentar. En DAC, ya hemos visto impacto en cuatro áreas clave:
Herramientas como Midjourney y DALL·E permiten a los equipos visualizar ideas en minutos. Ya sea para explorar una dirección de arte, crear un moodboard o generar conceptos creativos para una propuesta, la IA nos ayuda a empezar más rápido y con mayor variedad.
Las funciones de IA de Figma pueden sugerir diseños de interfaz, generar textos de muestra y facilitar el paso de la idea al prototipo. Esto permite que los diseñadores dediquen más tiempo a pulir detalles en lugar de rehacer lo básico.
Desde redimensionar banners hasta probar variantes visuales, las herramientas de IA aceleran el trabajo de gran volumen sin comprometer la coherencia. Esto libera espacio para otras áreas como el storytelling y el desarrollo de conceptos de alto valor.
Adobe Firefly y la función de “Relleno Generativo” de Photoshop ayudan a crear maquetas muy precisas y manipular elementos visuales rápidamente—cambiando fondos, ajustando paletas y refinando conceptos sin necesidad de nuevos recursos ni largas revisiones.
En todos estos casos, la IA no reemplaza la habilidad del diseñador, sino que permite a los equipos avanzar en su proceso creativo con menos fricción y más libertad—logrando resultados más inteligentes, eficientes y a mayor escala.
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AA medida que el contenido se vuelve más multimodal, el audio está adquiriendo un rol más relevante en la estrategia creativa. Desde intros de podcasts hasta comandos para altavoces inteligentes o narrativas auditivas en plataformas como TikTok e Instagram Reels, las marcas están encontrando nuevas formas de conectar a través del sonido.
La IA también está acelerando este proceso. En DAC, utilizamos herramientas de voz con IA para crear prototipos rápidos y locuciones que permiten a los clientes escuchar el mensaje antes de entrar en producción completa. Herramientas como Revoicer nos permiten probar tono, ritmo y estilo vocal sin necesidad de cabinas de grabación—acelerando decisiones creativas y acortando los ciclos de producción.
Pero la IA es solo el punto de partida. Nuestros equipos creativos siguen liderando estos procesos, seleccionando tipos de voz que se alineen con la personalidad de la marca, el contexto de la campaña y las expectativas de la audiencia. Usamos la IA para explorar opciones, no para automatizar el resultado final. El objetivo es siempre un contenido que suene humano, tenga intención y sea fiel a la marca. En un entorno donde la velocidad suele ser clave, la IA nos da la agilidad para trabajar rápido sin sonar impersonales.
La IA se ha convertido en una poderosa compañera creativa, pero el diseñador sigue siendo quien dirige el trabajo. No se trata solo de lo que pueden generar las herramientas, sino de lo que las personas eligen hacer con ellas.
Los diseñadores aportan una mirada estratégica que la IA no puede replicar. Entienden el contexto, el tono y los matices. Saben cómo traducir la identidad de una marca en elementos visuales, de voz e interacción—y cómo adaptar esa identidad a través de campañas, plataformas y audiencias. La empatía, el juicio y la experiencia siguen marcando la diferencia entre una creatividad alineada con la marca y un contenido que se siente apresurado, impersonal y repetitivo.
Esa capa humana es precisamente la que garantiza que el trabajo generado con IA alcance un estándar más alto. En la práctica, nuestros diseñadores no usan la IA solo para ir más rápido, sino para explorar más caminos, evaluar más opciones y enfocar su energía donde más importa —en una creatividad más efectiva, que conecta y construye valor con el tiempo. ¿Y del lado del cliente? Plazos más ajustados, más variedad, seguridad de marca, etc. sin comprometer la calidad. La IA nos permite escalar el trabajo; y nuestros diseñadores se aseguran de que siga teniendo impacto.
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